- Hacia el sur de la Carretera Austral, esta ciudad de 3 mil habitantes fue escenario de los primeros exploradores europeos que llegaron hasta la Patagonia durante los 1920. Hoy es un importante polo turístico gracias a su cercanía con atractivos turísticos tales como Campos de Hielo Norte, lagos, glaciares cordilleranos y grandes parques nacionales.
Cultura, historia, campos, glaciares, ríos, montañas y su gente amable. Llegamos hasta Cochrane sorprendidos por su gran diversidad cultural y natural, recibiéndonos allí una localidad tranquila donde destaca de entrada un mirador en lo alto de un cerro. En su cumbre logramos divisar un gran cartel con el nombre escrito de la ciudad con un estilo muy similar al de Hollywood. Pero, más allá del encanto de este punto elevado de Cochrane, el turista que llega hasta el principal núcleo urbano de la Carretera Austral sur se encuentra con una suculenta oferta de actividades, que van desde un museo en pleno centro, hasta turismo de aventura en torno a lagos y glaciares.
Esta zona de la Carretera Austral se caracteriza por ser una inmensa biorregión con una geografía y fauna muy variada. Sin duda el rey de esta zona es el huemul, el cual se puede observar con mayor facilidad en la reserva nacional Tamango, a escasos kilómetros de Cochrane, una ciudad y comuna tiene 8.500 kilómetros cuadrados y un centro urbano de 3 mil habitantes. Para llegar hasta aquí lo hacemos por tierra desde Balmaceda o Coyhaique, debiendo recorrer 345 kilómetros entre una Ruta 7 que combina ripio y pavimento.
Ya en esta zona nos maravillamos con los ríos Baker, Nef y Colonia, los cuales son alimentados por las aguas provenientes de los glaciares de los Campos de Hielo Norte. De hecho, el Baker, el más caudaloso de Chile, está alimentado -entre otros- por el río Cochrane. Para conocer la historia de Cochrane hay que desplazarse unos kilómetros hacia el norte, específicamente el sector del Valle Chacabuco (Actual parque nacional Patagonia), uno de los principales recursos de vida natural. Miles de guanacos llegaron hasta acá llamados por las extensas praderas de coirón. También hay zorros, patos y una gran variedad de vegetación que nos maravilla especialmente en otoño. No muy lejos, el lago Cochrane es una especie de paraíso para los pescadores por sus aguas cristalinas y abundante presencia de truchas y salmones.
En ese mismo cuerpo de agua nace una opción de entretenimiento que se ha desarrollado durante los últimos años: el buceo con tanque de oxígeno y el snorkelling, actividades que ha tenido una buena recepción puesto que podemos ver el fondo submarino del lago cristalino. Es descubrir otro mundo en la Patagonia. De regreso en Cochrane, hallamos la Agrupación de artesanos. Una experiencia muy solicitada es participar de actividades de turismo rural, participando los visitantes de un asado de cordero al palo mientras los locales relatan cómo se trabaja la zona, además de ir a sacar los huevos del gallinero y la verdura del invernadero de parcelas. Las aguas puras de la zona también permiten la proliferación de cervezas artesanales exquisitas, como Baker Beer.
LOS PRIMEROS ASENTAMIENTOS DE COCHRANE
En cuanto al nacimiento de Cochrane, la historia cuenta que fueron las familias tehuelches quienes se instalaron en sectores aledaños antes de la llegada de colonos. Hoy en las pampas solo quedan recuerdo de estos gigantes llamados por los españoles “Patagones”, un término que se remonta a las primeras expediciones europeas hacia el sur.
Estas tierras también fueron escenario más tarde de los primeros exploradores, entre ellos el geógrafo Hans Steffen. La historia de la colonización se remonta a los 1920 en el sector Las Latas, hasta los 1960, cuando estas tierras fueron utilizadas para la explotación ganadera y desarrollo comercial. La empresa Baker, bajo la orden del Estado chileno, el año 29 construye los primeros asentamientos en un valle ubicado cerca del lago Cochrane, pasando a llamarse Pueblo Nuevo. Años más tarde, en 1954, el caserío pasó a llamarse Cochrane en honor al oficial naval Británico Lord Thomas Alexander Cochrane, quien sirvió a la marina chilena durante la Guerra del Pacífico. Fue entonces que empezó a crecer el pueblo de la mano de los primeros pioneros y de su primer Gobernador, Esteban Ramírez Sepúlveda.
En 1975 se crea la provincia, pasando Cochrane a convertirse en la capital provincial. Actualmente la ciudad promete un buen futuro para el sector turístico, especialmente por cuanto ha aumentado notablemente la oferta de restaurantes, transporte, servicios y alojamientos (actualmente cuenta con más de 600 camas), la mayoría de ella en torno a la hermosa Plaza de Armas. Aquí encontramos servicios turísticos en torno a actividades de ecoturismo, turismo rural y turismo aventura. También se han creado museos, el Mercado Municipal Tamango, y existe una buena oferta de fiestas costumbristas, destacando las jineteadas patagonas y las actividades ovejeras a fines de febrero. En este día se busca revivir las antiguas costumbres ya casi olvidadas de los colonos que poblaron hace un siglo esta tierra.
NATURALEZA VIVA EN TORNO A COCHRANE
En cuanto a naturaleza y outdoor, en los alrededores de Cochrane podemos disfrutar de algunos importantes atractivos, entre los que contamos glaciares, ríos y lagos. Uno de ellos es el glaciar Calluqueo, ubicado a 45 minutos al sureste de la ciudad y en donde un camino de ripio nos deja frente a frente al gigante de hielo y a una laguna donde flotan grandes témpanos de hielo. Los más osados optarán por cruzar el cuerpo de agua en a bordo de un zodiac, para desembarcar a los pies del glaciar. El lugar permite hacer trekking sobre el hielo. Por otro lado, visitamos también el lago Brown, ubicado a 48 kilómetros al sur de Cochrane, con afluentes de deshielos cordilleranos y vegetación de tipo de estepa. El lugar cuenta con servicios turísticos tales como navegación y cabalgatas que nos llevan a tener impresionantes vistas del Monte San Lorenzo, el más alto e imponente de la Patagonia.