CONOCE EL PATRIMONIO DE PUNTA ARENAS

  • Desde un museo que ha sido catalogado como uno de los 10 más lindos del mundo y donde se tejen múltiples y sabrosas leyendas, hasta un monumento en el centro de la ciudad donde deberás besar el pie de Hernando de Magallanes.

 

Inaugurado en 1894 y erguido en un terreno de 4 hectáreas, el actual Cementerio Municipal Sara Braun de Punta Arenas solía ser un lugar vacío y poco atractivo. Eso, hasta que una señora de origen ruso de nombre Sara Braun decidió fundar aquí el lugar en donde descansarían los restos de cientos de pioneros y personas acaudaladas de la región de Magallanes. Así comienza la historia de ese sitio patrimonial, en torno al cual se tejen varias leyendas. Tal vez la más sabrosa es aquella que cuenta que Braun, quien murió en 1955, fue la única en atravesar la puerta central que da a su capilla, sin que nadie más pudiese hacerlo. Aquel que intentara hacerlo iba a morir. Es por ello por lo que, hasta hoy, esa puerta ha sido pintada y restaurada, pero nadie ha intentado abrirla.

Su primer administrador fue don Máximo Gilli, y la primera sepultación se efectuó el 20 de septiembre de 1894. Fue posteriormente declarado Monumento Nacional y es considerado como uno de los 10 cementerios más lindos del mundo según una encuesta hecha por CNN en español. Hoy son aproximadamente 6 mil las almas que descansan en este lugar, entre ellas la de Margarita Vives Dalmau, quien es la primera mujer en ser sepultada en este cementerio. Tenía 21 años cuando murió. Hoy es una visita obligada cuando se está de turista en Punta Arenas, y las razones son varias.

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RECORRIENDO LOS MAUSOLEOS DEL CEMENTERIO

Sus mausoleos son espectaculares. Uno de los más atractivos es aquel de la familia de José Menéndez, un asturiano que vivió en Buenos Aires, pero que vino a cobrar una deuda a Magallanes y se quedó para siempre. Fue uno de los pioneros acá en región hasta su muerte en 1918. Fue el fundador y presidente de la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia, lo que le permitió ser una de las mayores fortunas de la región, pero se habla de que estuvo a cargo de realizar malos tratos y colaborar con el exterminio de los Selknam. 

También hay un hermoso mausoleo de mármol negro que pertenece a la familia Menéndez Montes, que nos llama la atención por unos pilares que nos recuerdan a la antigua Grecia. Si uno se asomaba hace ya unos años a los vidrios en las puertas de los mausoleos del cementerio, era posible ver los ataúdes. Posteriormente fueron tapeados, tal vez para guardar la privacidad de quienes nos han dejado. La gran mayoría de las tumbas sigue la línea de color blanco y son adornadas y coloridas por flores que traen sus familiares. Encontramos en este lugar también tumbas de Carabineros de Chile y el Cuerpo de Bomberos.

Hoy en día, la gran mayoría de los visitantes gusta de inmortalizar este sitio mediante una foto en los pasillos con árboles. Se trata de 697 cipreses canadienses que están ubicados en largos pasillos, dando una sensación de profundidad y de que, si caminamos por allí, nos internamos en lo desconocido, lo oculto. Se consideran como una metáfora de lo que es la eternidad.

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En el cementerio también hay un sector para los ingleses fallecidos. Están, por ejemplo, los Morrison, un hombre de apellido Haddow, una persona de apellido Sharpe, entre otros. Esto hablaba de la importancia de las antiguas migraciones en Magallanes, especialmente croatas e italianas. Mientras seguimos recorriendo nos encontramos con el Indio Desconocido, un aborigen de origen Kawésqar que fue encontrado muerto en los canales occidentales junto a otro cadáver de un hombre blanco. Uno de ellos murió por inmersión, otro por un balazo. Ya enterrado, una mujer comenzó a arreglar su sepultura y a pedirle favores. Nació entonces la creencia popular de que el Indio Desconocido era milagroso. Una gran cantidad de placas así lo demuestran, agradeciendo favores concedidos en términos familiares, sentimentales y económicos. 

Finalmente decidimos visitar la zona donde está sepultada la mujer magallánica Sara Braun. Muchos dicen que era una especie de Quintrala de Punta Arenas, y que mandaba a matar indígenas, otros dicen que fue una de las mayores benefactoras de la ciudad. El sector donde está enterrada solo se abre los 1 de noviembre para aquellos que quieren conocer mejor su historia, así como conocer sobre el mito que indica que ese día la sacan para maquillarla y peinarla. No hay duda, en este sitio Patrimonial de Punta Arenas descansa la historia.

EL MONUMENTO AL OVEJERO Y EL PATAGÓN

Tras la visita el mágico cementerio, nos trasladamos a visitar el Monumento al Ovejero magallánico. Se trata de una escultura conformada por 12 figuras a escala natural y se encuentra ubicada en el bandejón central de la Avenida Bulnes de la ciudad de Punta Arenas. Allí podemos ver retratado un ovejero junto a su pequeño perro y un caballo, soportando el fuerte viento de la pampa tan característica de esta zona del país. Trae consigo un látigo en su mano derecha para poder ir guiando a sus ovejas, por lo que el monumento se ve muy real. Esta escultura es obra del escultor Germán Montero y donado a la ciudad por Francisco Campo Torreblanca.

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Lo más interesante es que el ovejero realmente existió. Se llamaba Abel Orarzún y trabajaba en la estancia mina rica. Su caballo tenía por nombre Santiago y su perro se llamaba Black.

En la Plaza de Armas de Punta Arenas nos encontramos finalmente con una escultura de bronce que fue inaugurada en 1920 y que representa a Hernando de Magallanes, conmemorando también Tierra del Fuego. Además, marca los cuatro puntos cardinales desde el centro de la ciudad. La tradición, basada en una antigua leyenda, dice que hay que besar o tocar uno de los pies de la estatua de Hernando de Magallanes, pues si lo haces, volverás a recorrer en un futuro esta bella ciudad.

 

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