- Cada año, 60 mil parejas de pingüinos habitan los remotos paisajes de una pequeña isla en pleno Estrecho de Magallanes y que está actualmente protegida por las autoridades. Se permite la visita del hombre durante octubre y marzo para que puedan ver de cerca esta especie de ave a tan solo metros de distancia y gracias a la presencia de senderos demarcados.
Dejamos atrás Punta Arenas y nos aprestamos a navegar hacia Isla Magdalena, un pedazo de tierra de un poco más de 2 mil metros cuadrados ubicado entre las costas del continente sudamericano y la isla de Tierra de Fuego. Allí vamos en busca de presenciar una danza de aves que se mueven al son de los vientos del sur del mundo como parte de nuestro Tour Torres del Paine junto a Recorramos Chile. Planeamos llegar hasta una de las más grandes pingüineras de Chile en pleno Estrecho de Magallanes, a la que hoy se le conoce como Reserva Natural Los Pingüinos y que está al cuidado de Conaf.
Al acercarnos a la isla podemos ver a cientos -tal vez miles- de pingüinos de Magallanes en la orilla del mar y en un ambiente que hace recordar que estamos en un área de estepa patagónica. Vegetación seca y escasa junto a terrenos rocosos. También podemos apreciar un faro en lo más alto de la isla, que destaca rápidamente producto de sus colores rojo y blanco. Un ícono de la zona que fue inaugurado el 15 de abril de 1901 por un visitante escocés que se radicó en Chile. Era un faro muy importante para la navegación cuando el Canal de Panamá no existía, pues por acá cruzaban todos los barcos entre los océanos Pacífico y Atlántico. Pero sin duda que nuestra atención se dirige a los cientos de pingüinos magallánicos que están a solo metros de la orilla y que parecen no temer a la presencia de la embarcación ni de nosotros, los humanos.
El trayecto de navegación a Isla Magdalena tarda entre 45 minutos y dos horas, según sea el tipo de embarcación y condiciones climáticas, y al llegar a destino tenemos autorización para un recorrido de aproximadamente una hora. Cada año podemos divisar entre 60 mil y 120 mil ejemplares de pingüinos magallánicos, con un peak de avistamiento entre diciembre y fines de febrero porque luego emigran hacia destinos tan lejanos como Perú, por el Pacífico, y Brasil, por el Atlántico.
LA VIDA DE LOS PINGÜINOS EN ISLA MAGDALENA
Esta reserva protege a una especie de un animal en específico. En este caso, el pingüino de Magallanes. Y es el macho el que primero llega a la isla en el mes de septiembre, debido a que se apresta a preparar el nido para la posterior llegada de la hembra, lo cual ocurre dos semanas después. Tras aquello, se conforman las parejas que estarán presentes en el proceso de reproducción que sucede cada año. Al iniciar la incubación, los guardaparques han detectado que cada pareja pone entre uno y dos huevos, turnándose los padres en su cuidado con el fin de evitar que sean alimento para depredadores.
Los turistas podemos visitar Isla Magdalena entre octubre y marzo en un Tour Torres del Paine. Se evita septiembre pues se quiere que los pingüinos estén tranquilos durante su época de incubación. A partir de abril, este lugar queda prácticamente vacía. El proceso es el siguiente: las crías comienzan a crecer y a cambiar su plumaje. Aprenden también a nadar y a pescar. Tras ese tiempo de aprendizaje y adaptación al medioambiente, los primeros en irse en busca de nuevos horizontes son las crías. Su destino generalmente es el sur de Brasil, en una historia que significa la separación de sus progenitores. Luego se marchan los juveniles que aún no están en edad reproductiva. Son estos los que se ven con mayor frecuencia en las playas y roqueríos. Y, finalmente, son los padres los que emigran debido a que durante la época de crianza pierden mucho peso, y deben recuperarlo. Para distinguir a los adultos, podemos fijarnos en que desarrollan franjas negras en su pecho y el costado de su cuerpo, indicando además que ya cumplieron los 7 años.
El pingüino de magallanes necesita mucha luz para el proceso de incubación, y es uno de los motivos principales por los cuales eligen este destino para armar sus nidos y criar a los más pequeños. En verano tenemos luz solar hasta tarde, y las aguas están un poco más cálidas. Se estima que cada año son aproximadamente 60 mil parejas de pingüinos en Isla Magdalena y, como dato curioso, cada vez que retornan a este lugar lo hacen al mismo nido que ya construyeron o habitaron.
INDICACIONES PARA RECORRER ISLA MAGDALENA
Con el fin de que entre todos podamos proteger a esta especie y su delicado hábitat, es que los guardaparques de Conaf nos dan algunas indicaciones para la visita a la isla. La primera y más importante es que mantengamos siempre nuestro recorrido por los senderos que están demarcados. Muchos pingüinos se cruzan en nuestro camino, curiosos -pero habituados- a la presencia humana. Sin embargo, es fundamental no destruir sus nidos ni huevos, los cuales muchas veces se encuentran a metros de donde caminamos. Además, debemos apagar los flashes de las cámaras y los celulares. Tampoco está permitido fumar ni correr. Se nos permite acercarnos a no menos de 1 metro de distancia.
La Isla Magdalena es un lugar que puede parecer extremo e inhóspito, pero está lleno de vida ya que además de los pingüinos también encontramos otras variedades de aves y lobos marinos. Y es nuestro deber preservarlo para que las futuras generaciones de pingüinos de Magallanes sigan reproduciéndose en esta isla al sur de mundo, en el Estrecho de Magallanes.