- Este santuario natural es un imperdible paseo turístico a 20 kilómetros de Pucón, y al recorrerlo nos encontramos con la belleza de dos lagunas de agua color turquesa de origen subterráneo y cuatro cascadas en una de sus lagunas. Aquí nos movemos por senderos construidos en su mayor parte con escaleras, pasamanos y plataformas de madera, los cuales nos guían a miradores que nos regalan vistas que quitan el aliento.
Los Ojos del Caburgua son una ventana al alma de la naturaleza. Son parte de un bello rostro presente en la región de la Araucanía, el cual se completa junto a un bosque nativo de coigües, arrayanes y otras especies. Y continuando con la metáfora, las arterias para recorrer a pie este santuario natural son los senderos y pasarelas que nos guían en nuestro andar. Ubicado a 20 minutos desde Pucón en vehículo, este prístino parque privado es un imperdible del Tour Huilo Huilo-Pucón debido a los dos estanques de agua que se forman aquí, las cuales son de un azul intenso y están rodeadas de algunas cascadas que exceden -en algunos casos- los 15 metros de altura.
Con dos ingresos independientes y cada uno con una oficina de administración distinta, los Ojos del Caburgua se alcanzan tras tomar un desvío que nos guía a través del puente El Cristo y un camino de ripio de 4 kilómetros de largo. Al llegar, un amplio estacionamiento y un local para comprar comida rápida nos reciben antes de hacer ingreso finalmente al santuario. Pero ¿por qué este lugar natural se llama Ojos del Caburgua? Y la respuesta la encontramos debajo de la tierra. Y es que este lugar se nutre de aguas subterráneas que provienen desde el lago Caburgua, un poco más al norte, las cuales terminan formando estos pozones con aguas cristalinas que brotan hacia la superficie.
EL ENCANTO DEL AGUA
A medida que nos adentramos en el parque, nos percatamos de algunos detalles a los cuales debemos poner atención. Lo primero, es que deberemos caminar por senderos seguros, pero que nos obligan a subir y bajar escaleras. Y lo segundo, es que tenemos la obligación de sentir el pleno contacto con la naturaleza y dejarse atrapar por ella. Poner atención en el sonido de las aguas, el cantar de los pájaros, el crujir de las ramas. Nos obligamos a usar todos los sentidos, más aún en temporada baja durante el otoño, cuando el lugar se disfruta sin aglomeraciones.
A medida que bajamos las primeras escaleras, hay que tener especial precaución con el terreno, puesto que sobresalen muchas ramas y raíces de los árboles. Sin embargo, nos mantenemos en la pasarela a través de la cual llegamos a conocer los primeros miradores, desde donde podemos apreciar el principal cuerpo de agua, la laguna Azul, que destaca su intensa tonalidad principalmente durante días soleados. A pesar de lo cautivante de sus aguas, está estrictamente prohibido bañarse aquí. El parque posee una importante red interconectada de senderos, pasarelas y puentes sobre un río, otorgando así una seguridad a quienes transitamos aquí para admirar la belleza del lugar, y que en algunos sectores nos acerca a metros del agua. Existe un mirador en la parte alta de las cascadas, el cual nos otorga una perspectiva distinta del lugar.
Para quienes quieran pernoctar en los Ojos del Caburgua, hallamos aquí servicio de alojamiento, camping y cafetería. Sin duda, un lugar para disfrutar con toda la familia. Tal vez uno de los puntos negativos de este destino es la falta de cuidado por parte de algunos turistas, quienes lanzan monedas a los pozones. Es importante mantener siempre el respeto por este parque.
Tras marcharnos, y muy muy cerca de la entrada de los Ojos del Caburgua, descubrimos un lugar que se llama Laguna de Peces. Es un atractivo que cuenta con lagunas naturales donde se crían truchas para consumo, el cual está a pasos del río Caburgua. También existe acá una cafetería y algunas actividades recreativas para los niños.