- Son múltiples las opciones turísticas que ofrece para los amantes del outdoor este valle ubicado a dos horas de Puerto Varias, tales como escalada en roca, pesca con mosca, diversos senderos de trekking y actividades náuticas.Este paraje oculto y desconocido hace algunos años dejó de ser un destino emergente para transformarse en un potente polo de turismo en la región de Los Lagos.
Cochamó fue hasta hace no mucho tiempo un valle secreto, especialmente para los escaladores en roca. Poco se sabía de las magnánimas paredes de granito que se elevan más de mil metros de altura en medio de fiordos y verdes bosques de alerces. De pronto la naturaleza indómita de este rincón de la región de Los Lagos entregó sus llaves al ecoturismo y se abrieron las puertas para escaladores, senderistas, aficionados a la pesca con mosca y todo tipo de amantes de la vida outdoor. Esta comuna precordillerana a dos horas de Puerto varas fue un antiguo territorio huilliche a orillas del estuario de Reloncaví, muy cerca del inicio de la Carretera Austral.Durante el siglo XIX experimentó un crecimiento importante gracias a la extracción y explotación del alerce andino, con su gente trabajando hoy principalmente la pesca artesanal y la agricultura. La naturaleza acá se manifiesta en su estado más puro, con ríos, cascadas, bosques y montañas que dan paso a un paisaje colorido. Pero también es patrimonio vivo. En el pueblo de Cochamó hallamos una iglesia a pasos del mar que fue fundada en 1901 por el obispo Ramón Ángel Jara, llamándose en la actualidad María Inmaculada Concepción. En mapudungún, Cochamó significa “el lugar en donde se encuentran los esteros de agua dulce y de mar”. Algunos le llaman el Yosemite de Sudamérica, y no es de extrañar pues la zona se parece mucho por al famoso parque nacional californiano.
LOS GIGANTES DE GRANITO
Hace más de una década, este valle rodeado de enormes paredes verticales de granito recibía alrededor de 3 mil turistas al año. Poco para un destino con tanto por ofrecer, pero el destino fue abriendo de a poco sus puertas a los escaladores, tanto así que hoy ya es un ícono mundial para la práctica del multilargo, uno de los estilos más difíciles y peligrosos de la escalada y que se realiza en paredes verticales de mil metros de altura o incluso más. Desde abajo podemos ver verdadero espectáculo cuando se arman varios campamentos a gran altura. La gente en Cochamó dice que hay 21 paredes naturales de roca, entre las que encontramos Cerro Capicúa, Cerro Trinidad y El Monstruo.
La escalada en roca es tan solo uno de los atractivos del valle, el cual también ofrece múltiples opciones de entretención a aquellos que aman el trekking, la pesca con mosca o actividades acuáticos como kayak y rafting en el río Cochamó. Una de las rutas más célebres es un recorrido de cinco horas al cerro Arcoíris, el cual atraviesa una selva húmeda valdiviana repleta de helechos, trepadoras y alerces, lo que culmina con una espectacular vista del valle desde la cumbre y donde verificamos que el apodo de Yosemite sudamericano hace total sentido.
Los amantes del trekking han llegado en gran número durante los últimos años pues Cochamó dado que cuenta con numerosos circuitos, siendo uno de los más populares el de la cascada La Escondida. Para llegar hasta allí hay que hacer una subida de más de una hora de caminata en medio de bosque hacia el oriente de Cochamó y junto al río del Este, siendo recompensados al admirar una bella cascada de más de 15 metros de altura junto a un entorno selvático. En la zona también encontramos una casa que es atendida por su dueña Ana María Molina, y donde uno puede disfrutar de un jugo, mote con huesillo y almuerzo.
LOS TOBOGANES NATURALES DE COCHAMÓ
Una de las joyas del destino y que es más accesible para todo tipo de senderistas es conocido como los Toboganes de La Junta, para lo cual muchos llegan a copar los campamentos en la zona junto a los ríos Arcos y La Junta. Se trata de una caída de agua a lo largo de una roca muy colorida, cuyas tonalidades rojas, negras y marrones llaman la atención. En su base se forma una pequeña laguna cristalina en un entorno rodeado de bosque nativo. Aquí disfrutamos de una experiencia muy entretenida debido a la opción de utilizar la roca para deslizarse desde lo alto tal como lo podemos hacer en un tobogán. Se trata de un detalle que sin duda hace de este lugar un destino muy concurrido, en especial durante el verano.
La caminata hacia el sector de La Paloma también es muy apetecida. Se trata de un trekking que se hace en medio de bosque valdiviano por un sendero húmedo y pedregoso. En ruta nos sorprende algunos puentes colgantes y el sonido de la naturaleza nos obliga a abrir los sentidos en todo momento. También aprovechamos de mirar para arriba en esta área para admirar algunas cascadas que caen desde lo alto de las montañas. Es importante traer un buen calzado, ojalá impermeable, pues la mayoría de los senderos son muy húmedos y barrosos.
Cuando llegamos a un sector llamado La Paloma tras dos horas de caminata entre un bosque y una pendiente bastante pronunciada, hallamos un área abierta con vista espectacular del valle y un río de origen glaciar. Es la guinda de la torta para disfrutar del espectáculo natural que nos ofrece Cochamó. El Yosemite de Sudamérica.
