MEJOR DESTINO DEL 2018: Las 7 maravillas naturales que coronaron a Chile.

El portal australiano Lonely Planet, con décadas de prestigio en el rubro del turismo, nombró al país como el principal destino para visitar durante este año a nivel mundial, venciendo a otros famosos gigantes preferidos por los viajeros de todo el mundo, tales como Nueva Zelanda o el Sudeste Asiático.

Que Chile sea coronado como el mejor destino turístico este año 2018 por Lonely Planet, es un verdadero honor. Y es que para los que somos chilenos, sabemos que en nuestro país es posible encontrar todas estas maravillas de la naturaleza, pero lamentablemente, muchas veces lo olvidamos.

Es por esto, que como Recorramos Chile, decidimos celebrar este título de campeonato, y nos pusimos como desafío encontrar las siete maravillas naturales que los turistas pueden encontrar en Chile. Hay muchas más que siete, pero dejaremos la tarea de agregar el resto a los visitantes que las recorran. ¡Vamos contando!

1.- Los Ojos del Salar – San Pedro de Atacama: Estas dos lagunas profundas ubicadas al interior del Desierto de Atacama, son uno de los misterios que el desierto más árido del mundo esconde. Solo una de estas lagunas está habilitada para el baño, y muchos de los visitantes que llegan a esta zona se aventuran a darse un piquero en sus aguas. Se cree que sus aguas no tienen fondo, y se les conoce como los ojos del desierto, donde las estrellas que guiaban a los pueblos originarios desde tiempos ancestrales se reflejan guardando los secretos del desierto, hasta hoy. Nadar en estas aguas infinitas, es una invitación a dejar los miedos atrás y acercarse a sus misterios, además de refrescarse en medio del calor de Atacama.

2.- El Valle de la Luna – San Pedro de Atacama: las Tres Marías de cuarzo y granito son las guardianas custodias de la entrada al Valle. Este es un lugar mágico y místico ubicado a tan solo 13 kilómetros de San Pedro de Atacama, permite que los visitantes puedan recorrerlo en bicicleta, y es un verdadero parque geológico, con pisos de sal petrificada con un fondo oscuro de profundidad desconocida, en medio de la arena y bajo el calor del sol, imitando la superficie lunar. Es conocido por sus formaciones de sal, y además porque cuenta con La Gran Duna, la cual sus visitantes pueden subir, y una vez en la cumbre esperar el atardecer. Es una experiencia inolvidable, donde se pueden ver todas las cumbres del valle y de la Cordillera de los Andes, tomando un color tornasolado bajo las luces del ocaso. Mientras se espera el atardecer, es posible encontrarse y conocer a turistas de todas partes del mundo que llegan para apreciar este paisaje único, siendo un momento ideal para contar y compartir historias.

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3.- Laguna San Rafael: Del Norte nos fuimos directo hacia lo más austral de nuestro país. Ubicado en el interior del Parque Nacional Laguna San Rafael, habita esta monumental muralla glaciar de 2 kilómetros de ancho y largo, y de más de 50 metros de altura. Estar frente a este coloso de la Patagonia es un verdadero espectáculo natural que se disfruta con los cinco sentidos. Porque estar frente a un glaciar es una experiencia que marca, y es un hito de vida. Por eso, para celebrar la naturaleza y la aventura, es que brindar en con los hielos eternos – ya sea con Pisco Sour o Whiskey – es celebrar la vida y las vacaciones.

4.- Confluencia del Río Baker y Neff. Un salto de agua de 10 metros de altura, con la potencia de una fuerza de la naturaleza, de colores blanco y turquesa, es la Confluencia del Río Baker y el Río Neff. Las aguas verdosas provenientes de los deshielos de Campos de Hielo Norte que alimentan al Neff, se encuentran con las torrentosas del Baker formando esta cascada, para después llegar al Pacífico. Pasando la turbulencia de estas aguas, ambos ríos se calman y es posible ver los dos colores de las aguas mezclándose.

5.- Las Catedrales de Mármol del Lago “Chelenko”. El Lago General Carrera o también conocido por su nombre en tehuelche “Chelenko” que significa “aguas turbulentas”, alberga en su ribera a pueblos que viven de sus aguas y protegen las tradiciones del sur chileno. Puerto Tranquilo es una de estas localidades, que es el lugar donde las embarcaciones pueden zarpar hacia el Santuario de la Naturaleza Catedrales de Mármol. Este Santuario ubicado en las aguas del lago, son cuevas de mármol con distintas tonalidades – rosado, blanco y celeste- de una belleza inigualable que le han dado fama internacional. Las Catedrales de Mármol solo pueden ser recorridas en bote, y cuando las aguas del Chelenko bajan, y permiten a los turistas apreciar su belleza milenaria.

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6.- El Ventisquero Colgante Queulat. Los antiguos habitantes originarios de esta zona lo nombraron de esta manera. “Queulat” significa en chono “sonido de cascadas”. Ubicado dentro de las más de 150 mil hectáreas del Parque Nacional Queulat, es de fácil acceso, y el trekking hasta su mirador, es un sencillo camino de 650 metros. Un Ventisquero es la parte alta de una montaña donde se conserva la nieve y el agua durante todo el año. Cuando sus aguas se derriten, caen a la Laguna Témpanos, que volvió a formar parte de este escenario natural, tras desaparecer el año 2007 producto del calentamiento global. El sonido de estas aguas y todo el ecosistema de este glaciar, son una de las maravillas naturales que estamos protegiendo cuando tomamos consciencia del cuidado del medio ambiente. Además de ser un destino imperdible, el Ventisquero Colgante y la Laguna Témpanos hacen conscientes a sus visitantes de la necesidad de proteger los ecosistemas y de que todos pueden aportar en proteger las maravillas de nuestra naturaleza.

7.- Caleta Tortel y su gente: Es en este pueblo que se encuentra frente al Delta del Río Baker, donde el olor a ciprés se cuela por todas partes, debido a que no existen calles ni veredas, solo sus pasarelas de ciprés para andar por sus caminos. Los autos no están permitidos en su interior, y desde la extensión de la Carretera Austral el año 2002, es que se puede acceder a este pueblo de forma motorizada, antes era solo en barcaza. Sus pasarelas datan de la época de su fundación en la década del 60′, debido a la producción de ciprés que había en la zona. Es en estas pasarelas, entre el sonido de la lluvia del sur que en esta zona cae durante 300 días del año, es que sus visitantes pueden deleitarse con sus vistas, historias y descubrir la calidez e historias que hay en las casas de sus habitantes. Una recomendación, ver un atardecer desde sus pasarelas, con el olor del bosque nativo sureño mezclándose con el ciprés, y los colores del cielo pintando esta caleta que es uno de los tesoros mejor guardados del sur de Chile.

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