- A dos horas de Puerto Varas hallamos uno de los centros termales más reconocidos de la región de Los Lagos gracias a su ubicación, infraestructura y atención de primer nivel. Las aguas termales aquí están además insertas en un hermoso paisaje natural entre montañas, bosques, ríos y lagos, otorgando así una experiencia inolvidable.
Hace poco más de dos años nacieron las Termas del Sol, y hoy este complejo de piscinas construido en las cercanías de Puelo, región de Los Lagos, se ha transformado en uno de los principales destinos del sur de Chile. A tan solo dos horas y media desde Puerto Varas, partimos desde esta ciudad a través de la ruta 225 que rodea el lago Llanquihue rumbo a Ensenada, donde empalmamos con la V-69 hasta Puelo. Hasta Cochamó el camino se encuentra pavimentado y, a partir de allí, transitamos por ripio hasta llegar a las termas en lo que forma parte de uno de los nuevos circuitos turísticos de Recorramos Chile.
Sus piscinas de aguas calientes están ubicadas entre las faldas de una ladera de un cerro boscoso y una laguna, y están unidas mediante 300 metros de elegantes pasarelas de madera de color negro (aptas para personas con capacidad reducida), lo cual nos llama la atención por cuanto se asemeja mucho al color del agua que posee la laguna durante un día nublado. Sin excepción, desde las 10 piscinas de las Termas del Sol tenemos una vista privilegiada hacia las aguas frías de la laguna. Cada una es única en forma y temperatura, pues encontramos aguas desde los 36° y hasta los 45° Celsius, las cuales nacen desde una fuente de agua a 65° proveniente del volcán Yates.
EL CAMINO A LAS TERMAS ES UNA PASARELA
Al ingresar desde el sector de estacionamiento atravesamos primero la boletería, donde se nos entrega un candado y llave para usarlo en los casilleros de seguridad y, posteriormente, debemos atravesar una extensa pasarela de madera. No se nos hace cansador pues la caminata se hace entremedio de un hermoso bosque de árboles nativos y algunos humedales con vegetación baja, tras lo cual tenemos vista directa de las aguas termales y nos damos cuenta de que en este lugar es bienvenida toda la familia. Desde los más pequeños hasta adultos mayores disfrutan de las piscinas desde muy temprano. La primera piscina termal con la que nos topamos tiene 39 grados, la cual tiene a su costado algunas nalcas pequeñas.
Desde ahí ya empezamos a recorrer las 9 piscinas siguientes, sitios en los cuales podemos acomodarnos en reposaderas con quitasoles negros y donde existen duchas y algunas fuentes que nos regalan agua potable para que podamos beber. Cada terma cuenta además con buena señalética indicando la temperatura del agua, la cual se monitorea diariamente. Nosotros antes de meternos al agua nos cambiamos de ropa en los camarines, todos ellos muy limpios, higienizados y con buena luminaria. Tienen enchufe por si el turista desea llevar secador de pelo o cargar el celular.
Termas del Sol cuenta además con un sector de piscinas de barro, las cuales poseen propiedades curativas gracias a sus minerales tales como magnesio, zinc, cobre y silicio, que son en conjunto grandes recuperadores celulares y capaces de reactivar la formación de colágeno, entre otros beneficios. Una cafetería también nos llama la atención, pues allí logramos hacer una deliciosa pausa para disfrutar de una limonada, una variedad de pasteles o un café cortado caliente.
Además, en el recinto descubrimos una sala con fogón y amplios ventanales y otro espacio ideal para hacer convenciones o reuniones de trabajo. Una de las principales recomendaciones que nos hacen es llegar temprano a las termas, puesto que durante varios períodos del año tiene alta demanda y se forman algunas filas para ingresar. Antes de marcharnos decidimos pasar por el restaurante ubicados en las propias Termas del Sol, que es famoso por su buena atención y deliciosas pizzas caseras.
