• Se trata de una de las localidades más cercanas al aeropuerto de Chiloé, donde hallamos lugares de adoración cristianas patrimoniales con más de 100 años de antigüedad, y una hermosa feria donde artesanos trabajan productos con sus propias manos y empresarios gastronómicos nos regalan los más ricos aromas y sabores chilotes. 

 

Cuando viajamos a Dalcahue como parte de nuestro Tour Chiloé, lo primero que nos enteramos es el significado de su nombre en idioma huilliche: “lugar de dalcas”, que eran embarcaciones de tres tablones que utilizaban antiguamente los chonos y cuyo uso se difundió a las culturas del archipiélago. Es, sin duda, un lugar de mar y de agua donde la gente llega con sus productos para vender, regresando luego a sus hogares con alimentos traídos desde Dalcahue. Esta linda localidad chilota destaca por su arquitectura, su cuidada costanera, su avenida principal Ramón Freire y sus iglesias patrimoniales.

Ubicado al noreste de la isla Grande de Chiloé, sus habitantes vivieron siempre recolectando productos del mar y trabajando la tierra, lo que lo transformó en el puerto más importante del mar interior. Llegamos hasta allí junto a Recorramos Chile para poder visitar su imponente iglesia Nuestra Señora de los Dolores, que se terminó de construir en 1902 en la Plaza de Armas de la ciudad y que nos encanta con su fachada mayormente blanca y radiante. Con sus 38 metros de largo, 17 de ancho y 27 de alto, fue construida en madera de ciprés y ulmo, y se emplaza frente al canal que separa la Isla Grande de la Isla de Quinchao, por lo que desde lo alto se tiene una linda vista panorámica. Se dice en la zona que hay antecedentes de que su existencia es anterior a 1854, y en este mismo lugar existía antes una capilla de ciprés construida en 1734. La actual construcción habla de una las iglesias más grandes de Chiloé, con su portal construido con 9 arcos. Tiene también un museo en la sacristía en su interior que bien vale una visita.

La comuna también nos invita a recorrer las iglesias de San Juan Bautista de San Juan y Nuestra Señora del Patrocinio de Tenaún. La primera de ellas está ubicada en una de las comunidades marineras más interesantes de visitar en Chiloé, emplazándose casi al costado del agua y a su alrededor hallamos un astillero, botes y lanchones. Al otro lado de la bahía, una colina de verde intenso.

Tenaún, por su parte, se encuentra a 40 kilómetros por la costa hacia el este de Dalcahue. Se caracteriza por sus casas neocoloniales y de influencia alemana, donde muchas de ellas fueron trasladadas por mar o por tierra a través del sistema tradicional denominado minga de tiradura de casa, por lo que se le conoce como el pueblo donde las casas navegan. Su iglesia es tal vez el símbolo más importante de la localidad. Construida en 1845, destaca en ella una torre principal y dos menores a su lado que representan las tres colinas de Tenaún o el misterio de la Trinidad. Tiene lápidas en sus paredes interiores desde mediados del siglo 19, lo cual habla de la antigüedad de este lugar.

ARTESANÍAS Y GASTRONOMÍA TÍPICA

A unos pasos de la costanera y de la iglesia nos llama la atención la feria artesanal Cultores Chilotes de Dalcahue. Es una gozada disfrutar de este Tour Chiloé caminando por sus pasillos interiores y exteriores, lo que nos permite ir descubriendo cosas a muy buenos precios para los turistas, tales como textiles de lana chilota, utensilios de cocina fabricadas en madera, canastos de mimbre, réplicas de iglesias patrimoniales, entre otras. Nos cuentan allí que este lugar nace en 2005 de la necesidad de los artesanos locales de comercializar sus productos hechos a mano, transformando este lugar en un punto de encuentro social, con más de 200 trabajadores a diario y miles de visitantes día a día.

Los amantes de la buena mesa y de los sabores locales tienen acá un espacio especial. Junto a la feria artesanal nos topamos con la cocinería “Sabores típicos de Chiloé”, cuya arquitectura imita un barco posado sobre el mar. El lugar alberga ocho módulos con capacidad de aproximadamente 30 personas cada uno, siendo atendidos por sus propias dueñas. Destacan nombres tales como La Nona, Carlita o Doña María. Es difícil saber cuál elegir, pues todos tienen una linda y acogedora presentación. Sus locatarios ofrecen comidas típicas de la Isla Grande, como curanto, milcao relleno con chancho ahumado, cazuela de gallina, diversidad de pescados con papas nativas y empanadas de mariscos, entre otros sabores locales en los cuales nos podemos perder. Mientras comemos también disfrutamos del folklore chilote, al tiempo que nos comentan los empresarios gastronómicos que antiguamente, cuando este edificio no existía, debían igualmente atender en la calle.

Luego de comer rico, está la posibilidad de viajar 32 kilómetros desde el casco urbano de Dalcahue rumbo a la Cascada de Tocoihue, un lugar perfecto para aquellos que gustan de la naturaleza y el senderismo. Se trata de una caída de agua bastante caudalosa de más de 50 metros de altura que se vacía en una cuenca. En el lugar se forma un microclima húmedo, pudiendo recorrer por un sendero en un sector privado que va desde el poblado más cercano en dirección a la playa. Es, sin duda, una excelente forma de terminar de disfrutar la bella comuna de Dalcahue.