- A 90 kilómetros de San Pedro de Atacama hallamos un mágico y poco explorado lugar que, gracias a la acción de la naturaleza, se ha convertido en un atractivo turístico emergente que destaca por sus montañas de distintas tonalidades en un paisaje que parece sacado del planeta Marte. Junto a él, un arte rupestre en las rocas nos hablará de antiguas civilizaciones ¿Y si vamos en busca del tesoro al final del arcoíris?
Reza una antigua leyenda irlandesa que si uno alcanza el final de un arcoíris, podremos encontrarnos con una gran olla llena de monedas de oro que es guardada y protegida por un leprechaun, un pequeño hombrecito de barba pelirroja y traje verde. En Chile no hablamos de duendes, pero sí de un hermoso Valle del Arcoíris donde podemos encontrar un tesoro, tanto arqueológico como geológico, en pleno desierto de Atacama y que forma parte de la reserva Hierbas Buenas.
El Tour San Pedro de Atacama de Recorramos Chile nos lleva hasta este valle de múltiples colores ubicado en medio de la Quebrada de Chuschul, muy cerca del río Salado y a 90 kilómetros al norte de San Pedro de Atacama, en un sector tan mágico como desconocido y poco explorado. En la zona hallamos primero los petroglifos de Hierbas Buenas, que sorprenden por ser un destacado arte rupestre en pleno desierto. Para llegar hasta acá tomamos una bifurcación del camino que va desde el poblado altiplánico en dirección a Calama, aproximadamente en el kilómetro 30 de la Ruta-23. Al llegar a Hierbas Buenas contemplamos en las rocas figuras talladas de animales, como las llamas, y también de figuras humanas. Se estima que las representaciones más antiguas en este lugar tienen una data de hasta 10 mil años y, según los estudios, por aquí cruzaban caravanas indígenas desde argentina y el altiplano en Bolivia con dirección hacia el Océano Pacífico.
LOS COLORES DEL VALLE DEL ARCOÍRIS
A medida que nos adentramos en el valle en dirección poniente, vamos descubriendo ese tesoro al final del arcoíris. El escenario es así: un terreno pedregoso, plano, y con grandes rocas de oscuros colores y amplios espacios con tierra de color arcilla. También asoma un tipo de vegetación color amarillento. A ambos costados se levantan montañas empinadas pertenecientes a la Cordillera de Domeyko que destacan por sus diferentes colores, algunos de ellos bien intensos y de color pastel. ¿Cómo es que se producen este curioso fenómeno? Se debe principalmente a la erupción de un volcán que explotó, dejando los minerales más pesados en la superficie. Así, los sedimentos de la tierra fueron creando durante millones de años múltiples capas de distintos colores. Se trata del verde, que es sulfato de cobre, el morado, correspondiente a hierro, el amarillo, azufre, el blanco, que es carbonato cálcico, la arcilla, de tonalidad café, además de yeso y otras sales presentes. Abajo del salar de Atacama se encuentra este mega volcán que alguna vez hizo erupción.
Durante este Tour San Pedro de Atacama, que realizamos por la mañana, observamos curiosas formaciones rocosas que son producto de la erosión, la actividad volcánica y los movimientos de las capas terrestres. Mientras investigamos la zona, encontramos una formación llamada “Cono de helado”, donde encontramos una estructura que da la impresión de ser un barquillo de color café con una parte superior de piedras y minerales de colores más llamativos. A un costado de este atractivo hallamos ceniza volcánica y piedra pómez. Incluso podemos ver algunas formaciones rocosas que nos recuerdan aMonument Valley, en Estados Unidos, aunque con un tamaño mucho más pequeño y que son consideradas como catedrales naturales.
En el valle también podemos recorrer una zona rocosa con forma de laberinto, formado por el tiempo, el viento y la caída de agua. Desde la distancia este sector se ve como grietas enormes en las montañas. Son verdaderos cañones con paredes verticales y muy altas los que podemos descubrir, y por los cuales podemos caminar. ¡No apto para claustrofóbicos! Al regresar de este Tour San Pedro de Atacama por el Valle del Arcoíris, Recorramos Chile nos da la posibilidad de hacer Laguna Cejar o un tour astrofotográfico. Cualquiera sea la opción, nos vamos con la sensación de haber descubierto el tesoro al final del arcoíris que vinimos a buscar.
